Por EDGAR ARIEL
12 enero, 2023
Leviathan es el título de la exposición con la que el pintor, dibujante e instalacionista cubano Ernesto Benítez (La Habana, 1971) regresa a La Habana desde su última presentación allí en 2019. La muestra se podrá ver a partir de este 13 de enero y hasta el próximo día 17 en la Sala Zambrano del Centro Hispanoamericano de Cultura, con base en el número 17 de la avenida Malecón, entre Prado y Capdevila, La Habana Vieja.
La exposición personal es, según enuncia la nota de prensa, “un proyecto curatorial concebido a partir de una única instalación”. La presentación tendrá carácter efímero y reunirá “decenas de bolsas de basura vaciadas de todo contenido que no sea aire, las cuales poco a poco irán desinflándose por completo”.
La representación formal de Leviathan será una metáfora en torno a la “relación entre autoridad y poder que siempre ha existido en el centro de los análisis sociológicos”. En general, la obra reflexiona en torno “al poder sin autoridad y sobre los autoritarismos que emanan del poder absoluto, del poder sin límites, la codicia y el ego desmedidos”.
Leviathan toma como punto iniciático el pensamiento de Thomas Hobbes, uno de los fundadores de la filosofía política moderna. Desde el título, toma como intertexto fundamental el libro Leviatán, que el inglés publicó en 1651.
La autoridad, prosigue la nota citada, “por su implícito carácter de ejemplaridad, se ha sustentado sobre los valores platónicos de la sabiduría, que se asocian con el prestigio, el respeto, la confianza, la capacidad de consensuar y el consentimiento. La autoridad constituía entonces y constituye hoy una suerte de reconocimiento que no permite autoimposición, sino que debe ser concedido y otorgado”.
De ahí que Leviathan interrogue: “¿Cuándo y en qué circunstancias el ejercicio de la autoridad degenera en autoritarismo? ¿Qué nos lleva, una vez en el poder, a confundir la disciplina y obediencia de las normas con la ciega mansedumbre? ¿Cómo se superan los consensos para desembarcar en la imposición, la exclusión, el escarnio, la denostación del diferente y el discrepante o el repudio y la exclusión del disidente? ¿Sobre qué argumentos se justifica la violencia de quienes sólo pretenden aferrarse al poder?”
Una de las nociones que eclosiona con esta muestra de Benítez es la “filosofía de la basura” (“¿filosofía de la cultura?”). Una ecología que desidentifica de manera forzada al sujeto disidente. “Se alude aquí a la voluntad disciplinada, a la naturaleza prescindible del sujeto, al colectivismo uniforme y al maquiavélico anonimato de la turba hipnotizada”. Se alude, también, “a un ser anulado, ninguneado, devaluado, neutralizado, sustituible, reciclable: un ser que ya no es”.
Ernesto Benítez, quien reside desde hace más de doce años entre Palma de Mallorca y La Habana, pertenece a una generación que inició su camino creativo en los años ochenta. Fue integrante del grupo Arte Calle, uno de los proyectos artísticos más subversivos en La Habana de finales del siglo XX. Su última exposición en La Habana tuvo lugar durante la XIII Bienal de La Habana en 2019.
Ahora, con Leviathan, se pregunta: “¿Cuándo dejaremos de interpretar el asignado papel de meros actores pasivos? ¿Hacia dónde nos dirigimos?”
Publicado en la Revista Web de Cultura y Sociedad Rialta Magazine