A doce años de haber sido presentada en el CENCREM (en el contexto de la X Bienal de La Habana), Samsara, Instalación ambiental multimedia (environmental art) que Ernesto Benítez concibió para un espacio específico (site specific art-installation) en 2009, sigue siendo incluida en proyectos de Arte Cubano Contemporáneo.
Como se sabe, Ernesto Benítez es un artista multidisciplinario con una marcada proyección conceptual y experimental. Con su praxis artística explora diferentes aristas de lo político, lo social y lo cultural para proponer ineludibles reflexiones o cuestionamientos ontológicos que exploran en la función restauradora y terapéutica de los procesos creativos del arte.
Hijo de la era digital y heredero del hedonismo y el ludismo contemporáneos, Ernesto apuesta por un discurso artístico que asume nuestras propias debilidades, así como las escisiones y las fracturas de todo tipo que resultan de nuestra experiencia existencial para enfatizar en una irrefrenable necesidad de religare.
Con una profunda vocación filosófico-antropológica, la obra de Ernesto Benítez propone revalorizar el pensamiento analógico y re-significar el discurso simbólico que las sociedades post-industriales han vaciado de cualquier connotación trascendental. Enfrentando los ritos, los fetiches y las liturgias propias de la cuasi distópica y eurocentrista modernidad con lógicas discursivas que emanan de prácticas y rituales ancestrales (derivadas del budismo zen, la alquimia, cultos sincréticos caribeños o misticismo cristiano), cuyas bases epistemológicas se extienden más allá del inmanentismo, Ernesto Benítez propone una reformulación del concepto de globalización, cada vez más necesitada de bi-direccionalidad